Investigadores han confirmado la existencia de grandes depósitos de hidrógeno ubicados bajo ciertas cadenas montañosas en la Tierra. Según los primeros estudios científicos, se estima que estas reservas se formaron hace aproximadamente un millón de años. El descubrimiento se realizó mediante estudios geológicos y análisis químicos, que detectaron la presencia de gas hidrógeno atrapado en formaciones rocosas subterráneas. El hidrógeno es considerado una fuente de energía limpia importante porque, al ser utilizado como combustible, produce agua y no emite dióxido de carbono. La identificación de reservas naturales de hidrógeno subterráneo podría ofrecer una alternativa a los métodos actuales de producción de hidrógeno, como la electrólisis o la extracción de combustibles fósiles, que pueden ser intensivos en energía o generar gases de efecto invernadero. Las nuevas reservas descubiertas pueden contribuir al desarrollo de sistemas energéticos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente en el futuro. Se requieren más investigaciones para evaluar el tamaño, la accesibilidad y la viabilidad económica de estos depósitos de hidrógeno.