China ha endurecido sus medidas comerciales en relación con los metales de tierras raras, un grupo de 17 elementos fundamentales para la fabricación de tecnologías avanzadas como teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos, turbinas eólicas y equipos militares. Esta acción se interpreta como una respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos chinos. Los metales de tierras raras son cruciales para los sectores de defensa y tecnología, y China es el mayor productor y exportador mundial de estos materiales. Al reforzar el control sobre su exportación, China utiliza su posición dominante en la cadena de suministro global de tierras raras para influir en las negociaciones comerciales con Estados Unidos. La disputa comercial en curso entre ambos países ha generado preocupación sobre la estabilidad de las cadenas de suministro globales de estos recursos esenciales. Estados Unidos y otros países ya habían manifestado su inquietud por la dependencia de las tierras raras chinas y han intentado diversificar sus fuentes. Las recientes acciones de China podrían impulsar nuevos esfuerzos para desarrollar proveedores alternativos y reducir la dependencia de las exportaciones chinas.