El viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enfrentó a acontecimientos relevantes tanto en el ámbito judicial como en el legislativo. La Corte Suprema de EE.UU. bloqueó los esfuerzos de la Casa Blanca para reanudar las deportaciones, afectando principalmente a ciudadanos venezolanos. Abogados argumentaron que los venezolanos deportados podrían enfrentar tortura si son enviados a El Salvador. Estas decisiones legales coincidieron con la conclusión de la gira diplomática de Trump por Oriente Medio, que incluyó visitas oficiales a Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes Unidos, sin incluir a Israel. Estos hechos reflejan los debates en curso en la política estadounidense sobre inmigración y relaciones exteriores en la región del Golfo.